CONSENSO - actividad 9
¡Hola!
El pasado día 13 tuvimos una clase distinta. Xoán nos juntó por grupos según
fuimos llegando y simulamos cada uno ser un centro distinto. En cada grupo
éramos unas 14 personas, y cada uno de nosotros tenía un rol: estaban desde el
director, el subdirector, el jefe de estudios… Hasta los padres, los alumnos,
el PAS…
El
profesor quería que creáramos ese centro y lo articulásemos a través de
decisiones comunes. Lo primero que tuvimos que hacer fue decidir un nombre para
el instituto. Nosotros lo llamamos Hedy Lamarr, ¿por qué?
Una
compañera lo propuso y no tuvimos ningún problema a la hora de ponernos de
acuerdo, todos estuvimos conformes. Hedy Lamarr fue una actriz de cine e inventora austriaca. Fue inventora de la primera
versión del espectro ensanchado que
permitiría las comunicaciones inalámbricas de larga
distancia. Al comienzo de la Segunda Guerra Mundial, ella y el
compositor George Antheil desarrollaron la patente de un sistema de guía por
radio para torpedos aliados que utilizaba el espectro ensanchado y la
tecnología de salto de frecuencia para vencer la amenaza de interferencias por
parte de las potencias del Eje. Aunque la Armada de los Estados Unidos no
adoptó la tecnología hasta la década de 1960, los principios de su trabajo se
incorporan a la tecnología Bluetooth y son similares a los métodos utilizados
en las versiones heredadas de Wi-Fi. Este trabajo llevó a su incorporación al
National Inventors Hall of Fame en 2014. Con esta mujer como protagonista de
nuestro proyecto queríamos propugnar los valores de igualdad y de
reconocimiento hacia las mujeres.
Tras poner el nombre al
instituto, tuvimos que decidir si este iba a ser un centro público, privado o
concertado. Absolutamente el 100% de nosotros pretendíamos un centro público,
por lol que no hubo ningún tipo de problema en este aspecto. Teníamos que
situarlo en algún sitio, y como Rodrigo Polanco, cuyo padre es director del
Jorge Manrique de Palencia, estaba en nuestro grupo, decidimos situarlo ahí, ya
que pensábamos que la mayoría de los grupos elegirían Valladolid.
Tras estas decisiones en
cuanto a la administración, llegó la hora de poner en común qué valores que
queríamos para nuestro instituto. La verdad fue una tarea muy sencilla, ya que
a la hora de la verdad todos tenemos unos ideales muy parecidos, pues todos los
miembros del grupo teníamos la misma visión de la realidad.
Abogamos por el respeto,
la igualdad, la curiosidad, la importancia de la familia…
La verdad es que me
sentí muy cómoda porque enseguida nos iban saliendo las ideas y no hubo ningún
momento tenso ni incómodo, estábamos todos juntos trabajando, sentados en círculo
y aportando nuestras opiniones. Nos escuchábamos y tomábamos en consideración
lo que cada cual decía.
¡Nos vemos en la próxima
entrada!
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